Una invitación para conocer la historia del Galeón de Manila, su cultura y su impacto en Filipinas y en América.

sábado, 27 de octubre de 2012

El otro lado del Pacífico

Estimados lectores,

Por razones de trabajo he tenido la fortuna de trasladarme al otro lado del Pacífico, a la ciudad de Pekín o Beijing, desde donde ahora continuaré escribiendo esta bitácora electrónica. Es muy grande la tentación de tocar casi exclusivamente el tema de China, que a final de cuentas era el otro nombre del Galeón de Manila, o Nao de China, con innumerables asuntos que se suman a este recuento de la relación entre los pueblos del gran océano. Sin embargo, continuaré por lo pronto con los temas que tengo acumulados en cuanto a la influencia cultural asiática en México y América Latina en los tiempos del comercio colonial desde Filipinas.

Espero seguir contanto con el interés de los lectores y sobre todo con los comentarios acerca de los temas que abordo. 

En el momento actual, de intenso intercambio económico y cultural a nivel global, tiende a perderse la perspectiva sobre el pasado. Muchos pretenden que todo es absolutamente nuevo en estas relaciones y por el contrario, como hemos visto en entradas anteriores de este blog, existe una antigua y profunda relación entre los pueblos de la Cuenca del Pacífico. El interés fundamental de este tecleador es dar a conocer los aspectos humanos, los que dieron vida y sustento a dicha relación. Muchos aspectos pueden ser polémicos, como el del trabajo forzado o el abuso de la naturaleza y de poblaciones enteras por parte de los colonizadores extranjeros, pero es necesario mostrar en toda la gama el sentido de este intercambio. No puedo avalar la idea de que el único interés que tiene la historia del comercio transpacífico es el placer estético, válido en sí mismo, sin observar los costos humanos y materiales de ese intercambio.

Deseo poder atender sus preguntas sobre los temas que ya he publicado y también aquellos que van surgiendo de la investigación inacabable de la herencia del Galeón.